En la localidad pacense de Calamonte, aprovechando el periodo vacacional y el desarrollo de la campaña especial de verano del Plan de Competencias Digitales para la empleabilidad en Extremadura “Cacharreo Summer”, varias personas en situación de desempleo de larga duración se han iniciado en el diseño y la impresión 3D, una iniciativa que les ha permitido descubrir el mundo de las tecnologías habilitadoras digitales y conocer las aplicaciones disponibles en diferentes sectores del mercado.
“Novatos y maduros. ¿Vamos a ser capaces de hacer estas cosas?”. Con esa sensación comenzaban los integrantes de una formación que se les anticipaba difícil debido al desconocimiento y a la edad a la que se iniciaban en los talleres. Sin embargo, a pesar de los sentimientos iniciales de sorpresa que mostraban al sumergirse en un mundo tecnológico que desconocían y al que se referían como de “ciencia ficción”, ha sido tal el interés personal que han desarrollando los participantes, que han acabado investigado y visualizado vídeos relacionados por su propia cuenta fuera de las horas de formación. Un acercamiento que les ha hecho comprender cómo la impresión 3D está cada día más presente en la sociedad, descubriendo múltiples ámbitos en los que no imaginaban que se utilizase dicha tecnología.
Entre otras herramientas, han podido conocer y utilizar Thingiverse, una web online interactiva dedicada a la colaboración y la cocreación de archivos de diseño digital, en la que los participantes crearon una cuenta personal que les permitió navegar y visualizar gran cantidad de piezas, de manera que cada uno de ellos pudo descargar e imprimir una pieza en la impresora 3D disponible en el Centro NCC. La otra parte de la formación ha supuesto para los alumnos una primera toma de contacto con el modelado y el diseño 3D, haciendo uso de dos aplicaciones, una en local -FreeCAD- y otra en línea -TinkerCAD-, pudiendo descubrir las ventajas y desventajas de cada una de ellas.
En general, el taller ha transcurrido de forma diversa entre los participantes, siendo la comprensión de los tres ejes (altura, largo y profundidad) una de las tareas de mayor complejidad, obteniendo piezas con formas muy extrañas, así como la dificultad práctica a la hora de calibrar la impresora. En definitiva, se trata de errores que les han servido para motivarse e impulsar sus habilidades resolutivas, e incluso emocionarse al observar cómo sus diseños se imprimían correctamente, logrando el resultado esperado.
Es interesante señalar que las alumnas y los alumnos de la formación, que contaban con una edad comprendida entre 50 y 60 años, han trabajado en equipo y han reforzado habilidades blandas como la cooperación y la creatividad, desafiando las limitaciones preconcebidas que tenían acerca de su capacidad para interactuar con este campo tecnológico, todo ello de la mano de la constancia, la ilusión y la motivación.